David Mora
"...Para empezar la Feria de San Isidro, bueyada de Valdefresno. La muy seria corrida salmantina fue un dolor de muelas, una apoteosis de mansedumbre y nula casta. Ya sabemos cómo se las gasta el encaste Atanasio-Lisardo, cuando les da por salir mansos, lo son hasta la desesperación..."
LA FERIA MÁS LARGA
- Diego Silveti se jugó limpiamente la vida, se arrimó una barbaridad, se llevó dos volteretones de espanto y lo único que escuchó fueron protestas. Hace cuarenta años se daban vueltas al ruedo por mucho menos. El valor siempre se ha premiado con generosidad. Ahora no. Ahora sólo gustan las posturitas amaneradas de cuatro cursis. Así nos va.
Domingo Delgado de la Cámara / Reportaje gráfico de Andrew Moore
Si el día más largo fue el del Desembarco de Normandía, 6 de junio de 1.944, la feria más larga es este San Isidro 2.014. Se trata de un alarde de organización taurina, 31 días de toros seguidos, nada más y nada menos. Y está muy bien. En época de vacas flacas y ferias reducidas a la mitad, es fenomenal que San Isidro dure un mes. Eso sí, sería de desear que el interés que ponen la empresa y la Comunidad de Madrid, durante el mes de mayo, durase toda la temporada taurina. Madrid es plaza de temporada no lo olvidemos, y últimamente esta temporada está muy abandonada, sobre todo ese verano dejado de la mano de Dios, desde hace ya muchos años.
Para empezar la Feria de San Isidro, bueyada de Valdefresno. La muy seria corrida salmantina fue un dolor de muelas, una apoteosis de mansedumbre y nula casta. Ya sabemos cómo se las gasta el encaste Atanasio-Lisardo, cuando les da por salir mansos, lo son hasta la desesperación.
David Mora, tuvo enfrente un lote sin nada dentro. Tuvo dos toros muy descastados que no dieron ninguna posibilidad de lucimiento. Lo peor de su actuación fue que se atascó con la espada. Pinchó muchas veces al cuarto, un toro muy playero que no dejaba pasar.
Daniel Luque estuvo muy bien. Es evidente que le funciona la cabeza y sabe torear. Su principal defecto es su desigualdad y su propensión a defraudar a sus partidarios en las tardes claves…pero con respecto a la tarde de ayer no hay nada que objetar. Aprovechó inteligentemente las querencias de su primero, que huía casi siempre. Destacó una buena serie con la zurda. Con el desigual cuarto, hubo pinceladas con el capote, un inicio de faena muy pinturero a base de trincherillas y una desigual faena de muleta, con bastante muletazos de buen gusto. La desigualdad la impuso una pausa inoportuna para ponerse unos vaqueros y la impuso sobre todo, el toro, por su tendencia a salirse fuera de la muleta. A pesar de la compostura y el buen trazo del torero, fue muy molestado por el sector eternamente discrepante. Los apóstoles del pico y el cruzarse interfirieron mucho en la faena. Esto y dos pinchazos feos acabaron por desinflar el ambiente…
Otra vez volvemos a lo del pico y el cruzarse, ¡cómo si fuera lo único importante en el toreo! Un recurso completamente secundario, es elevado a categoría de dogma intocable. Los que se pasan la tarde dando el coñazo con el pico y el cruzarse, deberían fijarse en otras cosas muchísimo más importantes y que les pasan desapercibidas. Por ejemplo el asunto de los enganchones. No hay nada más feo, no hay nada más deslucido, que un enganchón. Sin embargo, no los protestan. Tampoco amonestan al torero que da series cortas cuando puede ligar más muletazos. Ni regañan al torero con mucho movimiento de pinreles…Todo se reduce al pico y al cruzarse…¡qué aburrimiento! ¡qué melancolía!...pasa un año, otro y otro, y estos tíos siguen sin enterarse de nada…
Tampoco se comprende la reacción del público en el sexto toro. Los aficionados se quejan a todas horas de la poca ambición y la poca gana de arrimarse de los toreros jóvenes. Pues bien, ayer Diego Silveti se jugó limpiamente la vida, se arrimó una barbaridad, se llevó dos volteretones de espanto y lo único que escuchó fueron protestas. Hace cuarenta años se daban vueltas al ruedo por mucho menos. El valor siempre se ha premiado con generosidad. Ahora no. Ahora sólo gustan las posturitas amaneradas de cuatro cursis. Así nos va.
Diego Silveti, estuvo hecho un tío. Todavía tiene muchas carencias técnicas. Silveti suele estar mal colocado, muy encima del toro, lo que hace que los toros se le paren muy pronto. Su muletazo es corto y de poco mando, por codillero. Pero estas carencias las suple con valor y pundonor. Esto es lo fundamental en un joven torero. A torear se aprende toreando. Lo importante es arrimarse y dar la cara, aunque te la partan. Lo repito, estuvo hecho un jabato. Sólo perdió esa entereza, con el acero. Hubo muchos pinchazos.
Félix Jesús Rodríguez banderilleando con arte al primero, y “Algabeño” jugándose el tipo al banderillear al quinto, arrancaron justas ovaciones.
La gente salió del coso echando pestes. Para mí la corrida no estuvo tan mal, a pesar de la mansedumbre de los valdefresnos, vimos las buenas maneras de Luque y la casta de Silveti. Muchas tardes vemos bastante menos.
David Mora
Daniel Luque
Daniel Luque
Diego Silveti
Diego Silveti
David Mora
Daniel Luque
Daniel Luque
Diego Silveti
Diego Silveti
Diego Silveti
¡Ay Domiguito! Ay qué pena con lo bien que estuvo Luque y lo pernicioso de los enganchones...
ResponderEliminarFdo: Lunesito