Pasaron los festejos de rejones, también los de las novilladas, y solo nos quedan las corridas con las ganaderías más emblemáticas, Miura y Victorino Martín.
Pero en el camino nos hemos quedado sin dos de los toreros santo y seña de la afición que, casualmente, durante las temporadas anteriores fueron quienes más llegaron al corazón de los aficionados, Diego Urdiales y Pablo Aguado. Seguramente, al igual que las dos ganaderías que quedan, lo más esperado de la famosa gira.
Logroño acogerá esos dos festejos pendientes, una plaza de más rango para el nivel del toro que saldrá por chiqueros. Las restricciones impuestas por culpa de la pandemia han limitado muchísimo las posibilidades de las celebraciones, llegándose al caso de no admitir más de doscientos espectadores en algunos festejos.
Además de las limitaciones de público ha habido que moverse de las plazas previstas en Andalucía, dado que en esa Comunidad se impusieron otras limitaciones. Finalmente, si nadie lo remedia, las dos corridas previstas inicialmente en Aracena se han quedado en el limbo de los deseos.
Es curioso, pero en la bella plaza onubense se iban a dar cita los toreros cuyos nombres fueron los dos golpes fuertes de las dos temporadas anteriores. Diego Urdiales abrió la puerta grande de Madrid en Otoño 2018 de forma incontestable y Pablo Aguado hizo lo propio en Sevilla 2019.
Ambos cuentan con el suficiente tirón como para que los aficionados tuvieran bien anotadas esas fechas en sus agendas. Pero el destino fue gafando su celebración. Primero cambiaron Aracena por la plaza gaditana de El Bosque y días después la señalaron para celebrarse en la también gaditana y cercana de Ubrique. Al final aplazaron los dos festejos sin que nadie haya vuelto a decir nada.
De ese modo, la única opción de ver a Urdiales será la de verle de paisano en su plaza de Logroño, de Aguado ni eso. Curiosamente a ambos los vi en esa plaza el pasado año en la feria Matea. El recuerdo será quien sustente sus cualidades, ya que esa tarde estuvieron muy bien y salieron en hombros ambos. Para refrescar mi memoria traigo aquí dos fotos de André Viard y dos párrafos de lo que escribí esa tarde:
‘La Verdad y la Belleza han de ser los sustentos por los que el aficionado se vea desbordado en las sensaciones que vive. Y ambas, por separado o junto, las ha vivido. Para que eso sucediera hemos tenido la suerte de tener en el cartel a dos toreros de alta calidad, Diego Urdiales y Pablo Aguado. Lo que unido a su disposición para alcanzar altas cotas toreras nos ha permitido saborear la Verdad y la Belleza del toreo.
Y si el riojano ha apostado, como siempre, por la verdad y la inequívoca determinación en su manifestación artística, el sevillano no apuesta, sino que es la mayor expresión de la belleza sutil, la naturalidad al servicio del toreo. Ni uno ni otro carece de la otra condición, pero es perceptible cómo se inclina cada uno por reflejar en su tauromaquia una de ellas. Juntos y juntas serían la culminación del toreo auténtico.’
‘A falta de pan buenas son tortas’ dice el refrán. Para quienes añoren a estos dos toreros, es por lo que he querido contribuir con las fotos y los dos párrafos.
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