El actual gobierno ha creado un estado de odio entre hermanos, entre vecinos, entre amigos, entre españoles que ya se está haciendo irrespirable. En 1936 crearon un estado de terror insoportable, asesinando a diario, muchas veces solo por estar en misa cuando llegaban a quemar la iglesia, o simplemente porque no se apoyaba al Frente Popular con la intensidad que ellos querían. Pues bien, ahora los herederos de aquellos han creado una situación de odio, pero puede llegar la situación de terror. De hecho, no hace tanto uno de Podemos, Rodrigo Lanza, asesinó a un señor solo por llevar unos tirantes con la bandera de España. A los de VOX le están haciendo la vida imposible con amenazas y agresiones físicas, además de que en las instituciones donde están, porque les han votado, muchas veces se les excluye, incumpliendo la ley, como ocurre en el Congreso de los diputados y en el parlamento vasco.
Y dentro del suelo patrio criticamos duramente, y nos quedamos cortos, a Iglesias, a Irene Montero, a Marlasca, a Ábalos, a Celaá (viéndola lo parece y por sus hechos lo parece más), a Rodríguez Uribes, a Carmen Calvo, esa lumbrera que ha roto en mil pedazos el principio de Peter, según el cual, “Cada uno llega hasta su nivel de incompetencia”. Dª Carmen lo ha superado con creces. Criticamos, en general, al gobierno, a unos por acción, a otros por omisión y a todos por falta de dignidad, de decencia. Todos mienten, unos más y otros menos, pero todos mienten mucho. Sin embargo, de todo lo que está pasando hay un principal responsable, que es Pedro Sánchez, presidente del gobierno legal, pero ilegítimo, porque se le votó tras afirmar que no pactaría con Podemos y menos con Bildu, y ya ha pactado con ambos. Iglesias será todo lo que queramos, igual que Marlasca, que Calvo, que Celaá, que todos los demás, pero están ahí porque los ha puesto Sánchez, tienen el poder que les ha dado Sánchez, el ser más nefasto que ha parido España en muchos años, o tal vez siglos.
Iglesias siempre dijo que es comunista, y cualquier persona con una cultura mediana sabe lo que es el comunismo: mentira, miseria, hambre, falta de libertad, tortura y finalmente muerte, o si quieren, como dijera Winston Churchill, “la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia”, por tanto, si le votan es porque o son ignorante o quieren todo lo que representa el comunismo. Pero es que Sánchez puede ser por la mañana comunista, por la tarde liberal, por la noche socialdemócrata, al día siguiente fascista, y al siguiente nazi. Miente en todo lo que dice, no tiene escrúpulos. Algunos le tachan de megalómano, y lo es, pero va mucho más lejos. Con su megalomanía, con su ambición de poder tiene todo lo peor de Lenin, de Stalin, de Hitler, de Fidel Castro. Estamos en el siglo XXI avanzado, pero si estuviésemos en la primera mitad del siglo XX, los cuatro citados se le hubieran quedado, a Sánchez, cortos. Si, porque aquellos tenían una ideología definida, pero Sánchez no la tiene; todo depende de lo cree le pueda interesar más en ese momento. Si ha pactado con los terroristas en estado latente, que es Bildu, pactaría con cualquiera, con tal de permanecer en el poder. Este hubiera ido mucho más lejos que fueron los cuatro líderes antes citados y, como todos sabemos, fueron muy lejos. No cabe más degradación moral de una persona.
Ahora bien, de todo lo que está pasando en España Sánchez es el principal responsable, pero hay otros secundarios: Todos los que forman el gobierno. Unos por acción, pues colaboran con él en la destrucción de España, de la democracia, de la libertad, de la economía, etc, y otros por omisión, pues no hacen nada por detenerle. Algunos ministros son comunistas y, por tanto, están en su salsa, otros tienen un nivel intelectual tan bajo que se conforman con cobrar cada mes un sueldazo y vamos para adelante, y otros ven lo que está pasando y no les gusta, pero son tan cobardes y tienen tan poca dignidad que con tal de no perder el pesebre se callan. A propósito de ello, esta misma mañana he odio al socialista Antonio Miguel Carmona decir, en la Cope, que varios ministros le han comentado en privado que no están de acuerdo con el presidente del gobierno, pero se aguantan y siguen pegados como lapas al pesebre. Todos dan nauseas, pero estos últimos más. También son responsables.
Hace un par de días, un médico compañero me comentaba lo mal que lo están pasando en el hospital debido a la pésima gestión que el gobierno hace de la pandemia; y a medida que avanzaba en su relato cada vez se iba indignando más, hasta que en un momento llegó a decirme, literalmente, “todos los del gobierno son una chusma; más que gobierno son una banda de forajidos”. Me gusta ser respetuoso con todo el mundo, y yo no diría tanto, pero si afirmo que, “todos los miembros del gobierno carecen de la dignidad y decencia mínimas que debería tener todo ser humano que quiera ser respetado”.
Y otro grupo son los más decentes de su partido, demócratas que no quieren la deriva socialcomunista que llevan Sánchez e Iglesias, pero también se callan porque el pesebre es el pesebre. Primero fue la eliminación del castellano como lengua vehicular, una canallada solo digna de Sánchez, después el pacto con los terroristas latentes; si faltaba algo analicemos la gestión de los inmigrantes en Canarias, donde tiene hacinados a miles de personas, en condiciones lamentables. Primero les incita a venir, y cuando llegan aquí les trata como animales.
Respecto al pacto con Bildu, Guillermo Fernández Vara dijo qué si Sánchez pactaba con esa formación, abandonaba el PSOE, pero no lo ha cumplido. Susana Díaz dice que no le gusta ese pacto, pero con la boca chica. Emiliano García Page considera que el pacto del PSOE con Bildu para los PGE no tiene un pase, pero sin demasiado énfasis.
Los únicos que gritan con fuerza son aquellos que ya están fuera de la política, como Rosa Diez, Jose Luis Corcuera, Paco Vázquez, Leguina, Felipe González y, por tanto, nada tienen que perder. La dignidad, la honradez y la valentía nunca fueron características destacadas de los socialistas españoles, por lo menos de una mayoría.
Ahora bien, llegado este punto hemos de preguntarnos, ¿lo que está pasando en España es solo resultado del desvarío de dos enfermos, uno de ambición de poder (Pedro Sánchez) y otro de odio y rencor (Pablo Iglesias), o detrás de ellos están quienes quieren destruir España como nación, su cultura y los valores de la civilización occidental, basada en el cristianismo, que es a la que pertenecemos? Sería, pues, que quienes gobiernan, o quieren gobernar el mundo (Digamos: George Soros, Club Bilderberg, la Masonería, China, Rusia, el Yihadismo) han elegido a estos dos sujetos, intelectualmente mediocres, moralmente despreciables pero, como decíamos, enfermos, y se aprovechan de esa enfermedad (como otros se aprovechan de los drogadictos cuando tienen el mono) para que realicen el trabajo de destrucción de la nación más antigua de Europa. No tengo información suficiente para opinar del tema con cierto rigor, pero podría ser así.
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