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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 3 de agosto de 2024

ÁNGELES, ARCÁNGELES, QUERUBINES... Y PEPE LUIS, TOREAN EN EL CIELO / por Juan Miguel Núñez Batlles


'Ya dije algo más extenso del incomparable Camino. Y no voy a dejar atrás al gran Pepe Luis, sí, grande sobre todo por lo que abarca su exquisito espíritu torero. Ahí está la magnitud y el esplendor de tan singular artista. Distinto, suele decirse en los casos donde fluye un carisma especial' 

ÁNGELES, ARCÁNGELES, QUERUBINES... Y PEPE LUIS, TOREAN EN EL CIELO

Juan Miguel Núñez Batlles
Semana trágica para el toreo. A la muerte de Paco Camino le precedió, dos días antes, el vuelo también al cielo de Pepe Luis Vázquez Silva. Qué desgracia. Dos figuras del toreo que han ocupado distintos pero muy significativos pedestales. Diferentes estilos y también dispares circunstancias en sus respectivas carreras. Se han marchado prácticamente en el mismo "paseíllo".

Deslumbrante la huella que dejan uno y otro. 

Camino lo fue todo, no hace falta insistir sobre su personalidad y capacidades de arte, valor y técnica. De Pepe Luis, ay, de Pepe Luis, con menos recorrido en el tiempo que estuvo en activo, no obstante, conviene advertir que por la singularidad de sus formas, tan delicadas y a la vez absolutamente ingeniosas, ha sido una especie de superior talento en los ruedos.

Ya dije algo más extenso del incomparable Camino. Y no voy a dejar atrás al gran Pepe Luis, sí, grande sobre todo por lo que abarca su exquisito espíritu torero. Ahí está la magnitud y el esplendor de tan singular artista. Distinto, suele decirse en los casos donde fluye un carisma especial. Y proverbial, porque es un sentimiento que brota con unas características muy notorias. Esa fue la marca personalísima e inconfundible de este Pepe Luis, cabal heredero de las gloriosas esencias que atesoraba el padre, Pepe Luis Vázquez Garcés, el llamado Sócrates de San Bernardo, depositario a su vez de la mejor filosofía de lo clásico en el toreo. Cómo debió ser aquel padre a quien los de mi generación no alcanzamos a ver en los ruedos, pero que lo descubrimos por las notables citas que nos llegan de los verdaderos historiadores que sí tuvieron la suerte de disfrutarlo en activo. Y esta es una oportunidad para contradecir "los números", la mayoría equivocados, que se ofrecen de la carrera del patriarca en un volumen, de edición relativamente reciente, cuyo cincuenta por ciento está escrito "de oídas" por lo que un autor de medio pelo le fue contando a uno de los dos que firman la obra, en definitiva, un libro con imprecisiones y perversas inexactitudes. Que lo cortés no debe quitar lo valiente para evitar así más renglones torcidos en la historia del toreo, en la que Pepe Luis padre, hay que insistir, ocupa un lugar destacadísimo.

Y de aquel a este Pepe Luis que nos acaba de decir adiós víctima de la certera "cornada" de un repetitivo ictus. 

El Pepe Luis que nos ha regalado tantos y tan ilusionantes mensajes de pura, exquisita y primorosa filigrana torera. Qué cosas más finas y delicadas, su capotillo y su muletita (los diminutivos explican la sincera verdad del toreo sin ventajas).

El juego de brazos y muñecas, la planta erguida y la cintura quebrada en cada viaje del toro. Ritmo y compás procuran un grado superior de excelencia, esa prestancia de lo natural que se sustenta en la mágica fuerza del temple, el punto entre la dureza y la elasticidad. Arma infalible el temple en manos de toreros de serena fortaleza como Pepe Luis. A los que precisamente por esa condición llaman "del arte". Y hasta deberían considerarse aguerridos y valientes dado el principio de firmeza y quietud que impone lo bello y estético, de imágenes tan ralentizadas que casi han de mostrarse paradas en el tiempo. 

Dice la leyenda -porque "esto" ha de sonar e interpretarse como una fábula sucedida- que Pepe Luis lo hizo tomando los engaños con suma delicadeza, dedos en lugar de manos. Y la gente extasiada con aquellos trazos tan firmes y sentidos, por el gusto y regusto en la interpretación. Porque era como una breve pero muy completa exposición de lo más sustancial de su carrera, que tuvo fecha y escenario: Feria del Corpus en Granada, 2017. Yo fui uno de los privilegiados, testigo presencial. Por eso ahora me imagino la que tendrá formada allí Arriba "la tropa" de Ángeles, Arcángyeles, Querubines y Serafines, aprendiendo a torear de la mano de Pepe Luis, ya celestial torero.

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