'..Lo incuestionable de lo sucedido ha hecho que surja una enorme ilusión en el aficionado con quien ha sido llamado a gestionar la plaza de toros de Sevilla durante los próximos cincos años. José María Garzón, al frente de “Lances de Futuro”, se embarca en una nueva historia nada sencilla, pero apasionante..'
José María Garzón, feliz.
Después de un largo y desesperante silencio la Real Maestranza de Caballería anunció en un escueto comunicado su trascedente determinación. Una gran noticia para el mundo del toro sin lugar a duda. Aunque algunos cargados de fe aún imaginábamos la continuidad, la situación hizo ver que era insoslayable esa tarea imposible e innecesaria de sostener a quien con injustas, o justas, razones demandó a la sólida institución nobiliaria. Motivo de peso para acabar con cerca de un siglo de gestión de Pagés.
Lo incuestionable de lo sucedido ha hecho que surja una enorme ilusión en el aficionado con quien ha sido llamado a gestionar la plaza de toros de Sevilla durante los próximos cincos años. José María Garzón, al frente de “Lances de Futuro”, se embarca en una nueva historia nada sencilla, pero apasionante. Una empresa querida, y odiada por algunos que otros gestores de plazas, pero siempre decisiva y de notables resultados para quienes sostienen la tauromaquia: aficionados y públicos. Garzón, que nunca se encogió de hombros ante problemas y frustraciones, asume feliz el cometido y apuesta encantado por el complicado presente y esperanzador futuro.
Cierto es que habrá que seguir con la liturgia que demanda la Maestranza en época vigente, pero mirando hacia adelante. Acertar en las decisiones que permitan despegar de lo rutinario ajustándose a la realidad de forma positiva, y dejando atrás ese mundo fatalista dominado por la relajación ante la comodidad, o esa lentitud desesperante e ineficaz en las medidas terminantes. Fascinar con el atractivo de unos carteles que atesoren la esencia de toros y toreros. Lo que le ha de dar sal y pimienta a la temporada en Sevilla. La lógica empuja a pensar en la dificultad de hacerlo, pero quien ahora lo ha de elaborar nunca tuvo miedo a la restructuración obligada.
Quizá la clave del éxito consista en centrarse en la necesidad de estructurar y no en la de ganar, y esta actitud de Lances de Futuro está a gran distancia de la que prevalece en el negocio taurino. El toreo necesita aliento para hoy y alcance para el mañana. Abrirle nuevos caminos, impulsarlo a la juventud, socializarlo… Es sólo cuestión de querer. Y hacer. Con esfuerzo e imaginación han de quedar establecidas las causas del éxito. Todos los aficionados lo deseamos.

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