Frase repetida pero fantástica: con lo felices que éramos y no lo sabíamos… Nos quejábamos del mundo taurino, pero ¡ya lo cambiaríamos ahora!
Con lo felices que éramos…
Ricardo Díaz-Manresa
Avance Taurino / 7 Noviembre 2020
Felices por tener temporada normal en el 2019.
Felices por asistir a nuestras ferias.
Felices por ver a nuestros toreros.
Felices por viajar a plazas con carteles buenísimos.
Felices por ver ferias por televisión.
Felices por disfrutar más de 100 festejos en Movistar Toros
Felices porque eran los festejos, todos, de las grandes ferias
Felices por verlos desde el sofá de casa, por enfermedad, comodidad o economía
Felices por ver los programas informativos de la tele por si nos habíamos perdido algo, en especial Tendido Cero, Toros para Todos, Toros y Punto etc.
Felices por poder leer semanarios de papel que han desaparecido -6 Toros 6- o que pueden desaparecer en este 2020
Felices por leeR AVANCE TAURINO y otros muy buenos digitales taurinos
Felices porque no había interrupciones o supresión de programas taurinos en RTVE como Tendido Cero o Clarín
Felices, más o menos, según qué casos, pero menos da una piedra.
Felices por asistir a coloquios, como los de la Fundación del Diario Madrid o del Centro Riojano
Felices también porque en toda España se celebraban muchos.
Felices por disfrutar de conferencias.
Felices por asistir a presentaciones de libros.
Felices por tener vida taurina fuera de las plazas.
¿Éramos felices o no? Sin exagerar pero teníamos mucho para disfrutar y no lo sabíamos porque no lo valorábamos…
Y eso que nos fijábamos en todo lo malo:
Se están cargando el espectáculo.
Las figuras sólo torean pocos encastes.
Las empresas se quejan de que esos toreros en la cumbre no son rentables y no pueden torear juntos por tanto.
Se han reducido algunas ferias.
Cada vez hay menos novilladas.
Los animalistas nos cercan
Los antitaurinos nos oprimen
Las figuras se alejan de los medios informativos.
Los jefes de prensa (costumbre nueva y generalizada) o antiprensa no están para facilitar el acceso a los medios sino para poner todas las pegas del mundo.(¿)
Hay algunos críticos bizcochables, como diría el desaparecido Pepe Ordóñez.
El público cada vez tiene menos rigor. Los aficionados son cada vez menos.
Si la presidencia regala orejas no dicen nada y, si no las da, aunque no las merezcan, es por falta de “sensibilidad”.
No la da y hay mayoría…Siempre hay mayoría para los bizcochables aunque pida trofeos sólo un tercio de la plaza…Un pañuelo por cada 20 espectadores, agitándolo mucho y chillando más. “Las orejas de los gritos y abucheos”.
Pero éramos felices. Ya ven. Felices éramos. Con lo felices que éramos y no lo sabíamos.
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