“La pasividad de nuestro gremio es lo que verdaderamente me duele”, dice, con razón, viendo que son pocas las figuras que se asoman y tratan no ya de animar el cotarro, sino de intentar defender el negocio del que viven.
Morante y después
El torero de La Puebla está dando mucho juego en estos días inciertos, en los que no se sabe a qué carta juega cada cuál y en los que el aficionado no parece contar para nadie.
No se esconde, al contrario que muchos de sus colegas, José Antonio Morante, que no sólo está dando la cara anunciándose en ferias y festejos: también sale a los medios y lancea con garbo, pinturería y valor, consiguiendo no pocos titulares y captar la atención de todos. Algo muy de agradecer.
“La pasividad de nuestro gremio es lo que verdaderamente me duele”, dice, con razón, viendo que son pocas las figuras que se asoman y tratan no ya de animar el cotarro, sino de intentar defender el negocio del que viven.
Tampoco ve claro ese afán de establecer medidas tan estrictas para los espectáculos taurinos -en los cuáles, recuerden, el pasado año no se registró ni un sólo caso de contagio en las funciones dadas ya con pandemia y medidas de seguridad sanitaria- y que, en la práctica, hacen inviable la celebración de festejos, en clara alusión a los responsables políticos de, por ejemplo, Andalucía, que, al contrario que en otras regiones, no terminan de conceder esa mitad del aforo que permita que un evento aunque no sea del todo rentable, al menos, no genere pérdidas: “Se asustan, como en Madrid. No me dejan trabajar”.
Y hablando de Madrid tampoco se ha callado lo que piensa de lo que pasa en esta Comunidad. Ya el año pasado comentó que, tras la cancelación de las ferias anunciadas en Alcalá de Henares y San Sebastián de los Reyes, el responsable del Centro de Asuntos Taurinos de la CAM, Miguel Abellán, debería haber dimitido. Ahora, en relación al anuncio del festival que, de repente, se monta en Las Ventas para festejar el 2 de Mayo, tampoco se corta: “Anunciar ahora un festival en Las Ventas es un acto electoral. A Ayuso la veo valiente pero en el tema taurino no está muy bien aconsejada”, declaraba en los micrófonos de Jiménez Losantos.
También en EsRadio confesaba cómo surgió la idea de lidiar toros de Miura en Sevilla: “No me gustan las cosas fáciles ni soy un chiquillo que tenga algunos años más para que mi carrera esté completa. Así que quería que fuese este año, que es el más difícil. Se lo ofrecí al empresario. No se lo dije ni a mi apoderado, quise decírselo directamente al empresario y le encantó la idea. Además sin hablar de dinero porque la actualidad es difícil”.
Ahora bien, genio y figura, también deja claro que ese día lo único que es fijo es que hará el paseíllo: “de lo demás no aseguro nada”.
Pero sí que se arrima, y de qué manera, cuando explicaba lo que para él era ser torero: "Lo que hace José Tomás no es torear, pero genera mucho morbo en la gente. Hace falta estar dispuesto a que te coja y al público le conmueve ese morbo de si le va a coger o no. No se puede torear con una idea preconcebida. Desgraciadamente es lo que se suele ver y hay que tener mucha voluntad y mucho valor".
Si Cúchares pensaba que la más decisiva de las suertes del toreo era poder volver a casa para la cena, Morante se acerca en ese aspecto a Francisco Arjona: “Hay que salvar el pellejo todas las tardes. Ser torero es una vida muy intensa en la que continuamente estás dialogando con la muerte".
No se puede decir que no esté valiente uno de los diestros más capaces del escalafón, pese a que su encasillamiento desde hace unos años en la fila de los “artistas”, en el papel de sucesor de otro torero mítico, Curro Romero, pueda confundir a mas de uno. Pero ahí están su trayectoria y su carrera, en las que son notorias y patentes esa capacidad y una personalidad extraordinaria, notas que le han hecho ser uno de los toreros clave de la tauromaquia de este primer tramo del siglo XXI y que harán que a su retirada, ojala sea dentro de mucho, haya un Morante y un después.
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