Es tal la flaqueza de las instituciones que los venezolanos hemos tocado fondo sin que percibamos soluciones para evitarlo. No tenemos respuestas , protestas, alarmas o reacciones que intenten evitar la desaparición de los toros en una nación que hace poco lideró movimientos importantes apoyando el desarrollo de la fiesta de los toros.
Lo hizo colocando sus matadores a la cabeza del liderazgo y a sus ganaderos como adalides y líderes de la investigación de la ciencia veterinaria, con aciertos en la inseminación artificial, como la gran herramienta en la mejora bovina. Gracias a la Inseminación Artificial la ganadería de lidia consiguió mejora genética en un lapso no logrado por la monta natural previniendo transmisión de enfermedades venéreas, optimizamos el rendimiento de un semental (obtenemos más descendientes) o podemos seguir utilizándolo incluso una vez muerto el padrote, técnica que se propagó gracia a los ganaderos de lidia en criadores de bovinos de otras razas.
Erigió las plazas de toros más funcionales, de avanzada arquitectónica y de soluciones en la ingeniería de la construcción, para ahora irse desplomando una a una convirtiéndose en montoneras, mogollones de miseria.
La desnudez en Venezuela nos ha convertido en desamparados en la defensa de la tauromaquia, porque no funcionan las distintas asociaciones del estrato taurino:
No hay una Asociación de Criadores de Toros de Lidia. La Asociación existe en el papel, pero ha desaparecido en sus funciones.
Los propietarios de las pocas ganaderías que nos quedan, ni siquiera se reúnen.
No hay entre ellos la necesaria y urgente comunicación que pudiera generar beneficios en la cría: alimentación, salud y reproducción selectiva del tesoro que significa y representa el toro de lidia.
La Asociación de Matadores de Toros, Novilleros, Rejoneadores y Afines jerarquía que encabezaba los papeles de aquella cofradía que creció y que tuvo voz y voto, además auténtica asamblea en la comunidad internacional antes de caer en manos del hampa política. Hace ya mucho tiempo que los espadas actúan desamparados de la protección gremial, sin presencia internacional ante sus pares de las Asociaciones de Matadores de Toros acreditadas en España, México o Colombia.
No existen las empresas organizadas, porque los que fungen de empresarios, habiendo dejado de lado el impulso gremial, ejercen sin competencia y se autocalifican como organizadores de los eventos, sin proyectar y mucho menos sembrar la tauromaquia. Las Escuelas Taurinas han ido desapareciendo, quedando en funciones una o dos escuelas y una que otra caricatura de un taller carente de teoría, opinión, o sistema de enseñanza.
El colmo ante tantas irregularidades es la falta de comunicación: no hay prensa taurina. No hay espacio para los toros en los medios de comunicación. Hasta hace poco, cada diario o periódico que se apreciara tenía un periodista encargado de la información taurina. Esto desapareció de todos los medios. Escasos y con exiguo apoyo publicitario los programas radiofónicos. Ni habar de la televisión, las revistas, los libros. No existen
A este panorama de la organización taurina venezolana hay que agregarle la complicidad del estamento político que rige el destino de la nación venezolana, que actúa a espaldas de la constitucionalidad. El ejemplo más evidente es el de la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela que ejerce el papel de un intolerante Torquemada, intolerante e inflexible en la represión desmedida e irracional en contra de la libertad de participar en los diversos estamentos de la tauromaquia. El actual Fiscal tiene como meta la desaparición de los toros, no la prohibición, pretende la desaparición de la fiesta de los toros en la nación venezolana.
Hay soluciones.
No todo está perdido.
Estos tres pasos que se han dado en las temporadas de las Ferias de San Cristóbal y de Mérida, además del anuncio de festejos en provincia atendiendo a la tradición de las fiestas patronales en los estados andinos y llaneros, festejos como los de la Feria de Tovar, nos animan a creer que estamos dando pasos afortunados en el camino al rescate de la Fiesta de los Toros en Venezuela. Sabemos que no es fácil, pero estamos convencidos que los taurinos son de la estatura de los compromisos; y estamos comprometidos a crecer.
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