"...resulta que el escenario es que la izquierda radical se declara antitaurina, aunque en ocasiones se dé la circunstancia de más de un corazón palpite al ver a un toro metiendo la cara con bravura mientas que el torero se lo lleva a la cadera. Poca vergüenza es lo que tienen ante las recompensas que obtienen por sus silencios..."
Susarte en estado puro: El bono trampa
José Luis Barrachina Susarte
Toros de Lidia/11 febrero, 2023
Donde el título de este artículo nada tiene que ver con el Rey de las Offshores, al que ya le pueden torrar habas.
De lo que sí quiero escribir es sobre la politización que venimos sufriendo en los toros y que nada bueno ha traído. Antes al contrario, nos comenzó a mostrar la judicialización de sector -desde las demandas y sentencias diversas- y culminando con el varapalo que ha recibido el gobierno liberticida con esto del bono cultural. Un gran logro al que además se le está sacando un legítimo rédito mediático, porque ya es hora de que la libertad y el fomento de la Tauromaquia se afronten con todas las de la ley, nunca mejor dicho.
Bien sea como consecuencia de las nefastas políticas educativas que -ya dos generaciones completas- hemos venido sufriendo precisamente por la politización de la enseñanza, o por culpa del cha-cha-chá como se justifican los ciegos que no quieren ver ante los tontos que se dejan querer. Y resulta que el escenario es que la izquierda radical se declara antitaurina, aunque en ocasiones se dé la circunstancia de más de un corazón palpite al ver a un toro metiendo la cara con bravura mientas que el torero se lo lleva a la cadera. Poca vergüenza es lo que tienen ante las recompensas que obtienen por sus silencios.
Cuando el Congreso declaró que la Tauromaquia era Cultura tuve la osadía de opinar que aquello era un arma de doble filo, porque los toros son Cultura aunque no lo reconociera la ley. Me cayeron chuzos desde todos los tendidos, por ser aguafiestas. Ahora voy más allá y después de celebrar el logro conseguido con los bonos culturales, el excelente trabajo realizado por quienes lo han defendido y la notable trascendencia que el asunto está teniendo en la opinión pública, me ratifico en que los toros son Cultura sin importar lo que diga la legislación y que la Libertad es un derecho inalienable. Lo mismo para no prohibir los toros como para no prohibir que las personas salgamos de casa, por mucho pico, brote, mutación y curva que hubiere.
Porque el razonamiento sobre el que estamos fundamentando el derecho y la libertad de ir a los toros y de que los jóvenes participen para ello de las ayudas públicas en igualdad, es una sentencia favorable que exige el cumplimiento de la Ley 18/2013. Y bien sabemos cómo funciona la maquinaria legislativa del Gobierno, que tan sólo necesita derogar dicha norma para que el castillo de naipes se nos caiga encima con todo el equipo. Alguno de los lectores se estará mondando de risa con esto que digo, pero analizando los antecedentes se verifica que son capaces de apañar a sus conveniencias cualquier ley a su antojo. En cinco minutos y sin otro procedimiento que el ejercicio del poder.
¿Estáis seguros de que ninguno de ellos ya estará considerando esta posibilidad?, porque a mi me llega un tufillo que apesta. Una caña con su tapa me juego, y estoy deseando perderla.
Afortunadamente tienen mil y un berenjenales en los que se hayan sumidos y quiera Dios que esta cosa nuestra taurina no forme parte de los primeros asuntos de la lista, porque hemos aceptado que la libertad para los toros se basa en una ley y sin ella la tortilla se pone del revés y sin plato que la recoja,
Confiemos en que no estemos celebrando una victoria pírrica cuya consecuencia sea que se inviertan las tornas, y diga lo que diga la Ley, el Supremo, el Gobierno o cualquier mentecato de mi pueblo, los toros son Cultura y de aquí no me quito aunque la cornada que me lleve tenga dos trayectorias.
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