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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 12 de febrero de 2023

Hilario Taboada, el torero de una ética admirable / por Juan Miguel Núñez Batlles


"...Nos ha dejado este fin de semana, por sorpresa, con la consiguiente y triste congoja que significa un adiós inesperado. La noticia, que llega de su Cataluña de adopción vía la Galicia natal donde sintió la llamada del toreo, me sorprende en una caminata vespertina, a las cinco en punto de la tarde, "¡ay qué terribles cinco de la tarde!", y qué casualidad, para poner poesía y mayor sentimiento al trance, además en las inmediaciones de la madrileña plaza de toros monumental de Las Ventas..." 

Hilario Taboada y Juan Miguel Núñez, flanqueando la figura de Salvador Sánchez "Frascuelo", en Granada. (Junio, 2019)

Hilario Taboada, el torero de una ética admirable

Juan Miguel Núñez Batlles
Se nos ha ido un grande: Hilario Taboada. Persona de una extraordinaria dimensión humana, y torero ejemplar a pesar de que su palmarés artístico se escribe en letra pequeña, como él mismo advertía en la intimidad con allegados, prueba fehaciente de su indisimulada grandeza y elegante humildad; porque en su perfil personal, hay que hacer hincapié, están ya inmortalizados para la historia y destacan sobremanera el entusiasmo y amor que profesó al toreo. Los toros y, es necesario adelantar, la familia, han sido los parámetros fundamentales en la vida de Hilario.


Nos ha dejado este fin de semana, por sorpresa, con la consiguiente y triste congoja que significa un adiós inesperado. La noticia, que llega de su Cataluña de adopción vía la Galicia natal donde sintió la llamada del toreo, me sorprende en una caminata vespertina, a las cinco en punto de la tarde, "¡ay qué terribles cinco de la tarde!", y qué casualidad, para poner poesía y mayor sentimiento al trance, además en las inmediaciones de la madrileña plaza de toros monumental de Las Ventas. No cabe escenario más torero para una despedida. Pues así como tal sintió y se expresó siempre nuestro personaje, ¡en torero! Y de esta manera se nos va.

Allí mismo aguardé sin interrumpir el paseo y rumiando oraciones mientras llegaba la hora de la Misa, para seguir rezando por su alma, en la Iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, de la plaza de Manuel Becerra -una graciosa interrupción que tiene la larguísima calle de Alcalá antes de bajar a Las Ventas-, la Parroquia a la que está adscrita la Capilla donde rezan los toreros cada tarde de corrida antes de salir al ruedo en el que aguardan los contrastes del triunfo y el fracaso, la vida o la muerte.

A Hilario le vamos a echar mucho en falta precisamente por la visión que tenía de estas cosas. Nacido en una aldea de paisaje y ambiente rural casi olvidado de la Galicia profunda, donde transcurrió su infancia, en el seno de una familia supernumerosa, con hermanos de abismales diferencias de edad, no obstante, la escasez de medios y recursos les unió a todos de una manera ejemplar. 

'San Isidro' 2016: Juan Lamarca, Hilario Taboada y Juan Miguel Núñez

Fue el amor entre ellos lo que les hizo progresar, según cuenta el propio Hilario en el libro de su vida, "Memorias de un torero gallego", en cuya presentación en Madrid, hace siete años, tuve el honor de acompañarle, obra en la que narra los momentos clave de su vida, a veces en situaciones extremas por las penas que le tocó sufrir, pero asimismo reconfortado por algunas "y sobre todo, inmensas alegrías" que le deparó el destino, fundamentalmente a raíz de su matrimonio, el hogar feliz que llegó a formar y disfrutar con Annick, una modélica familia de dos hijos y varios nietos que fueron ya para siempre la razón y el motor de su existencia. Tal es la impronta de una ética admirable que fue santo y seña en la vida del torero y del hombre.

No soy quien para redactar su epitafio. Pero se me representa como un maestro en el arte de la vida.

Hilario Taboada, aquel torerillo que a edad muy temprana despertó la pasión por la tauromaquia entre sus paisanos, que le ensalzaban los triunfos con inusitado fervor también porque, como decían algunas voces del tendido, "¡fala galego!". No cabía mayor afecto por él de su gente. Y de hecho ha sido Hilario el gallego que, en los doce años que estuvo en activo, más plazas ha pisado en su tierra, dieciocho, además con éxito en todas. Toreó en los dos continentes, Europa y América, representando por todo el mundo la tauromaquia gallega a la que ya le había dado carácter el único matador de alternativa de la tierra, Alfonso Cela "Celita", diestro que compartió cartel en muchas ocasiones en la segunda década del pasado siglo nada menos que con "Joselito" y Belmonte, los grandes actores de la llamada "edad de oro" del toreo.

Precisamente hay una circunstancia en la vida torera de Hilario, que tiene que ver con el respeto y honor a "Celita", y que debe servir asimismo para magnificar su historial profesional y humano. Es la acción de no haber aceptado tomar una alternativa de lujo que le ofrecieron con Manuel Benítez "El Cordobés" de padrino y Sebastián Palomo Linares como testigo.
¿Porqué lo hizo?, le pregunté en aquella presentación de sus memorias.

 "Porque estaba comprometido para torear como novillero en varias plazas de mi región. No podía dejarlos tirados, ni a la afición ni a los empresarios algunos de los cuales me dieron sitio cuando más lo necesitaba. Pero es que incluso no había garantías de darle continuidad a aquel doctorado, pues ya estaba mi carrera en declive. Dignidad, respeto y categoría al traje de luces, fue una trilogía que tuve siempre muy presente. Y algo muy importante también, no podía quitarle a ´Celita´ el honor de ser el único torero gallego de alternativa". 

Definitivo, la ética y valores morales que encumbran a Hilario Taboada a la gloria de la inmortalidad.
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Prólogo de Fernando Claramunt López
-Editorial Egartorre-

Hilario Taboada es auténtico, no hay intermediario ninguno entre su yo y nuestro Yo. Se atreve a relatar esa segunda mitad de su vida, las etapas que llevan al otoño y al invierno de la propia existencia. Tal vez cueste comprender hoy su España, los trozos de ella, que él ha vivido y cuenta con toques zuloaguescos, valleinclanescos, y hasta barojianos. describe larga décadas de su vividura taurina y postaurina. Los lectores más jóvenes, se pueden preguntar cual de sus Españas fue o es más esperpéntica. Un motivo más para entrar en el hondón de este apasionante y apasionado libro.

Fernando Claramunt López

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