Pero como estoy en deuda contigo desde hace un par de años cuando me pediste, después de leer las cosas que yo escribía a los amigos que fallecían, que a tí tenía que hacerte el escrito-homenaje-semblanza antes de palmar. Que tú querías saber y leer lo que yo iba a poner de ti. Que por ahí no tragabas. Que a tí en directo. Nos reíamos y yo te contestaba: Lo haré algún día, te lo prometo. Pero te puedes imaginar lo que pondré de ti. Que eres un fenómeno, que eres mi amigo, que eres un gran torero, que eres una gran persona, que eres tal y cual (ahí le decía yo barbaridades) o como decía Bojilla, pero también tienes tus “cosillas”… (Él, al oír lo que yo le largaba, se tiraba al suelo de risa y me decía: Si, si, me encanta, tú ¡larga, larga!).
Nunca me atreví a escribirlo, no me “sentía”. Unas veces por superstición y otras porque no me parecía oportuno y menos cuando ya supe por tÍ lo de tu enfermedad y la gravedad del asunto. Hace poco más de un mes que me llamaste, con esa “frialdad y seguridad” que te caracteriza, para decirme lo que te dijo el médico: Manuel tengo una cosa mala, irreversible, no sé cuanto duraré.
Fui a verte a Benidorm con Amelita sabiendo que era la última vez que te vería. Como dije cuando publiqué la foto, fuimos todos “felices”, sobre todo tú.
También te diré que me impresionaste y me demostraste lo tío que eras cuando me llamaste este viernes para decirme que habías dicho al médico que no tomabas más medicamentos, que durarías lo que Dios quisiera, pero que no, que hasta ahí habías llegado.
Exactamente me dijiste: Manuel, he dejado de tomar pastillas… y tú sabes lo que quiero decir, y lo que es eso. A sí, que un beso. Me “mataste”. ¡Qué cojones!
Te quiero recordar, que me dijiste hace dos años más o menos que habías donado tu cuerpo a la ciencia para que practicaran los estudiantes de medicina y que utilizaran, si fuera necesario, para trasplantes tus órganos y que me habías nombrado a mí heredero o albacea de tu cuerpo.
Yo te decía bromeando: Inchausti, cuando vean tu cuerpo los estudiantes, cambian de carrera. Y si donan algo, ponen una multa los familiares.
También te prometí que esto lo pondría en mi escrito y así lo hago.
Bueno, ahora en serio Inchausti. He tenido la suerte de conocerte y de ser tu amigo desde hace 50 años. Hemos compartido vivencias y anécdotas durante toda una vida. Has sido un gran amigo de tus amigos. Un tío recto, de palabra. Con principios. Con orgullo. Con honor. Como te describe Juan Luque hoy en Facebook, que me ha encantado: “Original, distinto en el trato, Amigo, sincero, descarado. Todo un personaje de los que ya apenas quedan en el Toro.
Y como Torero, para los que no te conocen, fuiste un grandioso Torero. Estuviste tres o cuatro temporadas en la cumbre como figura. No había Feria que se montasen carteles sin consultar contigo también. Saliste 5 veces por la puerta grande de Madrid. 1 de novillero por la Puerta del Príncipe (andando) de Sevilla, después de cortar 3 orejas. 3 o 4 puertas Grandes en Bilbao. El último rabo que se cortó en el Chofre de San Sebastian… y así, en casi todas las Plazas de España. Todo en la época donde había más competencia y más figuras del toreo del siglo pasado.
Por cosas personales entre tú y tu apoderado fue decayendo tu carrera, pero eso no es obvio para saber que fuiste una Figura durante esos años.
Grande, libre, gran torero, gran persona, si el hablará de sus amoríos con grandes de la copla y la alta sociedad con títulos, España templaria, discreto y muy amigo, yo te amé, siempre en mi recuerdo.
ResponderEliminarTu maña Pilar, como tu me llamabas. Besos, rezaré a la Pilarica.
Ole y ole
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