Vivió, luchó y murió por volver a su burladero de médicos de la Monumental de Barcelona, y ha fallecido sin cumplir su sueño. Licenciado y doctor en medicina por la Universidad Autónoma, y poseedor de un brillante currículum como especialista en cirugía y digestivo, aunque entre los muchos honores que recogió a lo largo de su trayectoria profesional, ninguno como ser jefe de la enfermería de la plaza de la Ciudad Condal.
Muere el cirujano taurino Enrique Sierra, el doctor que soñaba con la vuelta de los toros a Cataluña
Ángel González Abad
ABC / Barcelona, 30/12/2021
¿Por qué me prohíben ejercer mi profesión?, se preguntaba el doctor Enrique Sierra tras la prohibición de las corridas de toros en Cataluña llevada a cabo por el Parlament. Vivió, luchó y murió por volver a su burladero de médicos de la Monumental de Barcelona, y ha fallecido sin cumplir su sueño. Licenciado y doctor en medicina por la Universidad Autónoma, y poseedor de un brillante currículum como especialista en cirugía y digestivo, aunque entre los muchos honores que recogió a lo largo de su trayectoria profesional, ninguno como ser jefe de la enfermería de la plaza de la Ciudad Condal.
Tuvo responsabilidades en el Hospital Clínico de Barcelona, en la Ciudad Sanitaria de Bellvitge, en la Clínica Nuestra Señora del Remedio de la capital catalana, entre otros centros, participó en innumerables congresos, mesas redondas y publicó trabajos de gran renombrado científico, y de lo que sentía más orgulloso era de haber entrado en el equipo del mítico doctor Jordi Olsina en la Monumental.
Quince años a su lado le curtieron para tomar el relevo en 2006, y desde entonces hasta la última tarde de toros en septiembre de 2011 sin faltar ni un solo día, con una enfermería modélica, que siguió en perfecto estado de revista por si en cualquier momento se volvía a anunciar una corrida de toros.
Español, catalán y taurino
En 2007 llevó a Barcelona el Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Taurina, que años más tarde le concedería su mayor galardón, el premio Máximo García de la Torre. Estudió a fondo la personalidad y alma de los 'héroes que se visten de luces', su fuerza interior: «El poder de la mente en la curación de un torero es algo que no conocemos en profundidad, pero que es clave», repetía siempre, como su condición de «español, catalán y taurino», por encima de todo.
Desde la Monumental pudo desarrollar su otra pasión, la imagen. En sus manos la historia de las últimas dos décadas del coso barcelonés con un protagonista central: José Tomás, que tuvo en el doctor Sierra a uno de sus más grandes admiradores. Su videoteca queda ya como una de las mejores fuentes para entender el fenómeno social que supuso el torero madrileño en los últimos años de la Monumental.
Mantenía la lucha por volver a su plaza, estuvo siempre al lado de los aficionados en la resistencia por la libertad perdida de ir a los toros, y no entendía que una vez que el Tribunal Constitucional declaró nula la prohibición de las corridas de toros, el coso siguiera en silencio. El sueño de volver al burladero de médicos se repetía en cada momento.
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