Ruedo de La Maestranza. Fotograma: Mundotoro TV
“El meridiano de la historia del toreo pasa por el ruedo de La Maestranza” escribió con justicia Filiberto Mira que tantas cosas escribió. Casi trescientos años lo contemplan. Toda la gestación y crecimiento de la corrida moderna se ha fundido ahí. Cómo ignorarlo.
Crisol de la corrida
Jorge Arturo Díaz Reyes
Privado ahora del privilegio de ocupar una de las (12.300?) localidades que lo rodean, me consuelo asomado a la pantalla del computador, por suerte grande y nítida, siguiendo a distancia, con mayor panorama y detalle, aunque no con la misma vivencia presencial, las transmisiones de Mundotoro.TV. Que, salvo los contratiempos del primer día llegan tan bien como las anteriores de Movistar.
Ya van siete de las catorce misas que componen este abril sevillano. Incluyendo claro la de Miura que les hará continuidad el primero de mayo. Y bastante han agregado a los anales maestrantes. Que son, ya lo dijimos, los de la tauromaquia. En orden cronológico, algo de lo más notorio:
Domingo 9. Gran frustración del “No hay billetes” en la pomposa corrida de Resurrección. Amargura edulcorada con un sobre premio a la correcta faena de El Juli al dócil quinto de los pobres cuvillos. Morante y Roca Rey como si nada.
Martes 18. En la primera corrida de Bohórquez, con seis toreros ovacionados, la presencia de Curro viendo desde lo alto debutar a su sobrino-nieto José Ruiz Muñoz, quien sin afectación disparó la nostalgia evocando algunas maneras de su ilustre tío.
Miércoles 19. Álvaro Lorenzo firma la tarde inaugural de la feria, sitiada por la sosería de los domecq (Santiago) con dos faenas plausibles. Orejeada la del quinto. Garrido y Cadaval ovacionados.
Jueves 20. Otro quinto, “Príncipe”, surge bravo y noble de una mendicante corrida de El Parralejo, para que Daniel Luque lo borde y desoreje, antes que le dieran vuelta al ruedo. De Manuel debuta decorosamente y Miguel Ángel Perera naufraga.
Viernes 21. Roca Rey cuelga de nuevo el “No hay billetes” y con dos faenas “heterodoxas” a toros opuestos de Cuvillo, corta tres orejas, abre la Puerta del Príncipe. Mientras Manzanares preciosista y pinchaúvas, y Urdiales inédito se van en blanco. Revuelo.
Sábado 22. Gran corrida de Victorino. Cuatro toros ovacionados en el arrastre y uno, el quinto, de vuelta al ruedo desorejado por Escribano. El Cid y de Justo a gran altura cortan sendas orejas. Un casi lleno la vivió enervado durante más de tres horas.
Domingo 23. La de rejones, segunda de Bohorquez. Ventura marca diferencias, pero no mata. A Fernandes por una faena clásica bien rematada le niegan premio, y al delfín Guillermo Hermoso, tras dos lidias comunes y un bajonazo contrario, le abren otra vez con gran jolgorio la Puerta del Príncipe.
El proporcionadito ganado, de predominio “comercial” (se sabía), ha cargado con más vilipendios que honores y los espadas con más honores que vilipendios. La prensa, como siempre, opinando de manera diversa, con las conveniencias, sesgos y visceralidades tan acentuados en el periodismo actual. Las presidencias alternas, a merced del respetable (el cliente siempre tiene la razón), y salvo algunas “rabiosas” críticas, pasando sin afugias.
El público, fiestero. Ha comprado todo lo de Roca Rey, figura de moda. Casi llenó la plaza para los victorinos y la de rejones. Pero solo media entrada escasa presenció la gran faena de Luque y los otros días. La fuerza de la televisión (casi 100 países conectados) y el incremento del parecer sobre el ser, confirman que en este acorazonado crisol de la corrida moderna ya se viene cocinando hace rato la corrida posmoderna. O posmodernista, mejor dicho.
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