"...tenemos que reconocer que Roca le pega pases a una farola y esta se enciende; le sirven todos los toros -todos los que le eligen- y como tiene esa disposición tremenda y mata como un cañón, por ahí llegan los éxitos. Torear es otro cantar pero lo que se dice arrimones y conexión con la gente, en eso es el número uno..."
Este hombre se ha hecho rico en el toreo a base de tener mucho valor y una técnica desmesurada pero, lo que se dice faenas de ensueño no hace ninguna; su toreo es otra cosa que no se parece en nada al arte puro, pero está en estado de gracia y le aplauden todo. Su primer enemigo era un animal de vergüenza que no se hubiera lidiado en Antequera pero, -Roberto Domínguez es un maestro eligiendo burros- en Sevilla vale todo, hasta la triste oreja que le han dado en dicho animal tras un bajonazo. Su segundo era el toro ideal, el soñado para que Roca Rey hiciera esa faena que siempre lleva premeditada y, poco que le embista un toro la lleva a cabo y, lo que es mejor, con todo éxito. Su disposición nadie se la negará, así como su valor a raudales sabiendo el enemigo que tiene en frente. Clamor total y, como digo, Puerta del Príncipe a su medida.
Manzanares ha tenido un primer enemigo enclenque al que, mientras iba y venía él lo adornaba con la muleta. Faena insulsa sin el menor atisbo de gracia. Su segundo, más colaborador que el primero ha puesto Manzanares en escena su toreo particular y, de haber acertado con la espala le hubieran dado la oreja pero, el mitin con la espada y descabello ha sido de época. Una tarde que nadie recordará de este diestro puesto que, de igual modo, los toros tampoco han sido de recuerdo.
Llegaba ilusionado Diego Urdiales a Sevilla porque entre otras cosas necesitaba del triunfo pero, de igual modo debe de saber el diestro de Arnedo que, con esos toros puede ocurrir de todo y, casi siempre, todo malo. Su primer enemigo tenía peores ideas que Pedro Sánchez que ya es ser malo; así era el toro que buscaba la cabeza del diestro con enorme saña. Una estocada monumental ha acabado con el criminal bovino. Su segundo, a priori, pensábamos que podía servir y sin llegar a la maldad del primero, no ha permitido al diestro esbozar su torero bellísimo salvo en contados pasajes puesto que pegaba arreones al final de cada muletazo. El esfuerzo del diestro ha sido titánico pero, sus enemigos eran eso, contrincantes difíciles de convencer. Pinchazo y otra gran estocada. Disgusto de época para el diestro que, podía haberle caído en suerte el primer novillito de Roca o su segundo, pero no, ha tenido que bailar con la más fea siendo, como se sabe, el mejor artista del triunvirato en el día de hoy.
Nunca olvidemos que en Sevilla cabe todo, hasta ese primer novillo birrioso que le cupo en suerte a Roca Rey. Con datos como el citado queda claro que, un triunfo en Sevilla no aumenta una peseta el caché de ningún torero porque todo el mundo que, allí siempre están de broma. Les cuelan lo que les da la gana y, encima, les gusta. A poco aspiran, es la verdad.
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