"..Siempre tan respetuoso y fiel con los demás, entendió las relaciones humanas sobre todo entre toreros como una auténtica bendición. Y por eso al ser llamado ahora a la presencia del Señor, seguro que está ya en la paz eterna.."
"..don Gonzalo el creador, verdadero artífice, de ese personaje, su hijo César Rincón, que vino de Colombia y se proyectó al mundo como una grandísima figura del toreo.."
DON GONZALO RINCÓN, SIEMPRE CERCANO A LAS PARTICULARIDADES DE LA GRAN FIGURA QUE HA SIDO SU HIJO CÉSAR
Juan Miguel Núñez Batlles
Ha muerto don Gonzalo Rincón Granados, un personaje a cuya identidad corresponde el honor de ser el padre de César Rincón. Aunque no creo que sea necesario nombrarle con su alto destino familiar, que sí, para ensalzar las virtudes profesionales y humanas que le han adornado en vida. Porque ha sido don Gonzalo el creador, verdadero artífice, de ese personaje, su hijo César Rincón, que vino de Colombia y se proyectó al mundo como una grandísima figura del toreo, tanto que acabaría poniendo nombre a su época en activo, además de granjearse en la calle, con igual ímpetu y naturalidad que han definido su estilo en el ruedo, las amistades y simpatías de un carácter encantador. Así es el hijo, porque los genes no fallan: así fue el padre que ahora nos dice adiós.
Tampoco hace falta recurrir a la cronología para destacar los méritos de don Gonzalo como padre e ideólogo en la más pura y exigente doctrina que llevaría al hijo al estrellato después de atravesar un duro desierto que duraría nueve años desde la alternativa, y hasta que se produjo el feliz e irresistible despegue de su carrera, en Madrid, en 1991. Máxima figura que se anunció en las plazas y ferias más importantes de los dos continentes, con récords inéditos que ningún otro torero ha conseguido hasta ahora, como las cuatro Puertas Grandes consecutivas en la monumental madrileña de Las Ventas ese año de 1991, además de otros dos "portazos" en 1995 y 2005. La retirada definitiva, en la monumental de Barcelona, en 2008. Y hubo un paréntesis de tres años sin torear debido a la hepatitis C que sufrió como consecuencia de una transfusión que le hicieron a raíz de una gravísima cornada.
En fin, la historia taurina y personal de César se hace inabarcable, también por sus logros como ganadero en España y en su Colombia natal; y desde siempre valedor de los más virtuosos postulados que reclama la tauromaquia como ente cultural y democratizador, algo que lamentablemente están poniendo en entredicho los políticos en el poder de su país.
Y ahí, siempre cercano a esas particularidades de la gran figura que ha sido y es César Rincón, pero decididamente también respetando la estructura y el sistema de lo que es un torero en tan absoluta plenitud, dicho más claro, sin interferir para nada en los planes profesionales del hijo, don Gonzalo ha ejercido permanentemente en esta vida como soñador de las carreras de todos los jóvenes que vinieron a pedirle ayuda, que han sido muchos, con la ilusión de ser toreros.
Tan buen aficionado y mejor persona, don Gonzalo tuvo en todo momento el consejo apropiado, covencido además de que en sus manos y en sus palabras estaba el molde para hacer toreros de categoría. Además de que sus recomendaciones servían de bálsamo tranquilizador y esperanzador en los casos más difíciles. Jamás nadie le habrá visto enfadado. Para él, todo en positivo, nunca hubo contrariedades a su alrededor.
Siempre tan respetuoso y fiel con los demás, entendió las relaciones humanas sobre todo entre toreros como una auténtica bendición. Y por eso al ser llamado ahora a la presencia del Señor, seguro que está ya en la paz eterna.
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