Plaza de toros de Vistalegre.- Segundo festejo de la feria de San Isidro. Algo menos de media entrada del aforo permitido para presenciar la corrida de toros de Juan Pedro Domecq para los matadores Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo Aguado. Tras el paseíllo, interpretación del Himno Nacional.
Dos estilos. Morante y Aguado. Aguado y Morante. Dos toreros necesarios. Que necesitan torear juntos para realzarse, cada uno con su estilo clásico y añejo pero que devuelven la ilusión a los aficionados.
Ficha del festejo:
Enrique Ponce, silencio y silencio en el arrastre y silencio con silencio al toro en el arrastre
Morante de la Puebla, oreja con petición y aplausos al toro en el arrastre y bronca con pitos al toro en el arrastre
Pablo Aguado, ovación con saludos tras aviso y silencio en el arrastre y silencio al torero y al toro
TORO A TORO
Primero de la tarde, de nombre “Remolino”, negro mulato aplaudido de salida; serio por delante. Lo recibió Enrique Ponce con un suave manejo del capote por verónica y una media en los medios a un toro que respondió bien, humillando, por ambos pitones. En la primera entrada al caballo, se partió la vara de José Palomares y apenas hubo castigo. Por chicuelinas realizó el quite el diestro de Chiva para después de darle un tiempo e intentar estirarse a la verónica para dejarlo en el caballo para una segunda entrada en la que también se rompió la vara. Cumplió los hombres de plata en banderillas.
Brindó al público. Buen inicio por bajo de Enrique Ponce para después ir andando hacia los medios y dejar un bonito cambio de mano y levantar la primera ovación de la tarde. Responde con prontitud y fijeza “Remolino” en las primeras tandas por el pitón derecho y lo aprovecha Ponce para torearlo dejándole la muleta en la cara y aprovechando el buen son del de Juan Pedro. Le cambió los terrones el torero al igual que cambió de mano su muleta y el toro se vino abajo, costándole mucho más el repetir; siendo lo mejor al natural el pase de pecho largo que ejecutó. Volviendo con la muleta a la derecha intentó seguir la faena, pero el toro no volvió a responder como en sus inicios y se fue a por la espada. Con ella, estocada trasera y tendida que no fue suficiente y tuvo que hacer uso del descabello hasta en tres intentos. Silencio para ambos.
“Nacarado”, primero de la tarde para Morante de la Puebla, negro mulato con cuello y musculado. Tras probarlo por ambos pitones, sacó Morante, a la altura que pedía el animal, su excelso juego de muñecas para lancear a la verónica, con mucho gusto, con su particular personalidad, y rematar con una abrochada media. ¡Vaya manera de torear con la capa! Al llevarlo al caballo, echaba las manos por delante el de Juan Pedro y parecía que no andaba sobrado de fuerzas; dos varas caídas en buen sitio de Aurelio Cruz. En banderillas apretó hacia los adentros y dos buenos quites realizados a “Lili”, el primero por Pascual Mellinas y posteriormente por Enrique Ponce en el tercer par. Tras un inicio de faena pasando al toro por ambos pitones se quedó clavado el de la Puebla para torear sobre sus pies de forma clásica, exigiendo al toro. Continuó con otra tanda por el derecho con gusto y sello propio, dejando la muleta en la cara del animal y mucha suavidad en sus toques y levantar la primera gran ovación de la tarde. Tras una tanda sin mucho eco por el derecho, cambió la franela a la mano izquierda, con naturales cargando la suerte, muy templados, al relentí, parando prácticamente el tiempo. Inmenso toreo al natural. Con la faena en ebullición se marchó a por la espada y con ella en las manos, otra tanda al natural rematado por unos ayudados por bajo, con mucha torería, cargado de clasicismo. ¡Vaya manera de hacer el toreo! En la suerte suprema, estocada algo trasera que es suficiente. Oreja con petición de la segunda y aplausos en el arrastre.
Salió por chiqueros “Solfeo”, otro toro negro mulato, también bien presentado al que saludó con un ramillete de verónicas Pablo Aguado a pies juntos, con temple y rematada a una mano. Un único encuentro con el caballo de Juan Carlos Sánchez en el que no es muy castigado. Realizó el quite Pablo Aguado por el toreo clásico, por verónicas, abriendo el compás, cargando la suerte, y el temple que le caracteriza; dejando dos verónicas para el recuerdo. Buena lidia de Iván García en banderillas. Brinda la faena a Vicente Amigo para comenzar la faena pasando al toro por ambos pitones y dibujar un cambio de mano a la altura de muy pocos toreros. El toro en los primeros compases humillaba y transmitía y siguió por la derecha con una tanda notable pero que la remató con otro cambio de mano eterno, ¡sin palabras! Con gusto y torería le cambió los terrenos Pablo Aguado para seguir con la derecha, pero bajando un punto la intensidad el toro de Juan Pedro. Se cambió la muleta a la mano izquierda y con el toro venido a menos intentó alargar la embestida sin terminar de coger rotundidad y acertadamente volvió a intentarlo por el pitón derecho del animal, pero el toro no rompió. Finalizó su faena a pies juntos, al natural, encajado y rematándolo detrás de la cadera y finalizando con un buen pase de pecho. Con la espada pinchazo, y estocada baja; y dos golpes de descabello. Ovación con saludos tras aviso y silencio en el arrastre.
“Inventor” abre la segunda parte del festejo, negro mulato, con buenas hechuras. Se quiso estirar y no quedarse atrás Enrique Ponce con la capa y lo toreó ganándole terreno hacia los medios y dejar una bonita media. Buen puyazo de Manuel Quinta y donde el toro empujó; otra segunda entrada y bien señalado por el varilarguero que se marchó ovacionado de la plaza. En banderillas, saludó “El Algabeño” tras dos buenos pares; donde “Inventor” hizo las cosas bien en el capote de “Jocho” y se desplazó con brío. Sin brindis, comienzo por bajo con rodilla semiflexionada tirando mucho del toro y enseñándole a embestir. Continuó con buen son el de Juan Pedro, pero faltó algo de rotundidad en esas primeras tandas por parte del diestro de Chiva. Prosiguió sin mucha repercusión en los tendidos por esa falta de rotundidad y de acople entre Ponce y el toro. Al natural, intentó alargar el trazo del natural y cambiar las protestas del público y del propio toro que al encontrarse con la muleta protestaba. Siguió con la muleta en la mano izquierda dejando la mejor serie, colocado en el sitio y consiguiendo cambiar las protestas por algunas palmas. Parecía que iba a ser el epílogo, pero el de Chiva alargó en exceso la faena. Con la espada, se salió de la suerte y dejó una media estocada tendida y trasera. Silencio para ambos.
Salió por chiqueros “Susurro”, colorado de capa, bien presentado y aplaudido de salida pero que no se entregó de salida, perdiendo las manos hasta en dos ocasiones y no se pudo ver el toreo capa de Morante. Primera vara de Cristóbal Cruz caído y trasero. Tras salir del caballo volvió a perder las manos en varias ocasiones. Una segunda entrada sin apenas castigo. Aumentaron las protestas y el toro se fue para corrales. Salió el sobrero de Daniel Ruiz, “Juguetón”, atacado de kilos, que apretó de salida y al que Morante le ando para atrás hasta los medios. Buena vara, en buen sitio de Cristóbal Cruz, sin embargo, en el segundo encuentro, más trasero. Una tercera vara más, a pesar de que la condición del toro no lo pedía, agarrado al piso y con poca movilidad. En banderillas, distraído y con arreones fue el de Daniel Ruiz poniendo en complicaciones a los hombres de plata. Sin opciones y sin pasar el toro abrevió Morante que salió ya con la espada montada. Varios pinchazos antes de dejar menos de media estocada tendida que no fue suficiente y tras dejar pasar el tiempo, se echó el toro y fue apuntillado. Bronca y pitos en el arrastre.
Cierra el festejo “Mistela”, negro de capa, muy serio por delante que fue aplaudido de salida. El sevillano Pablo Aguado quiso estirarse y aprovechar la movilidad del de Juan Pedro, pero no pudo desplegar su toreo. Se fue prácticamente al relance y empujó tras notar la vara que viajó muy caída, en el segundo midió el castigo. En banderillas destacó la cuadrilla, obligados a saludar Pascual Mellinas e Iván García, con tres grandes pares. En los compases iniciales al encontrarse con la muleta le costaba pasar y se quedaba a medio recorrido; posiblemente a causa de la primera vara recibida que fue muy abajo. Pocas opciones para Aguado ante un toro que se agarró al piso y no se movió. Se fue a por la espada y entró a matar al toro que estaba pegado en las mismas tablas, cuatro pinchazos y se fue a por el descabello sin haber enterrado ni un cuarto de espada. A los toros hay que matarlos con la espada. Silencio para ambos.
Fotos: Muriel Feiner
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