"..El bullicio y muy a menudo la desorientación en el criterio de público y "afición" (hay que poner comillas donde se evidencia que la sabiduría taurina es escasa), son parte de la personalidad de la plaza, y si se quieren corridas con la enorme aceptación en taquillas que aquí se dan, debe aceptarse el planteamiento, desarrollo y consecuencias de lo que hay.."
Sanfermines. 6° de Feria
OREJAS A MANSALVA, PAMPLONA PONE EN ENTREDICHO SU FORMALIDAD
Juan Miguel Núñez Batlles
Pamplona es como es, y que nadie la cambie. Aunque el sello que la define casi siempre esté encontrado con las normas de lo verdaderamente puro y clásico. El bullicio y muy a menudo la desorientación en el criterio de público y "afición" (hay que poner comillas donde se evidencia que la sabiduría taurina es escasa), son parte de la personalidad de la plaza, y si se quieren corridas con la enorme aceptación en taquillas que aquí se dan, debe aceptarse el planteamiento, desarrollo y consecuencias de lo que hay.
Pero hoy ha sido el colmo: Pamplona ha puesto en entredicho su propia personalidad. Seis orejas son un desmesurado balance para evaluar la aptitud y verdadera valía de las "triunfales" faenas.
No tuvo buenos principios la tarde con un primer toro sin celo en los tres tercios; no obstante, Perera acertó a lucirse en un gallardo quite por chicuelinas. Ya en la muleta, faena muy medida, sin mayores exigencias ni pretensiones. Tampoco en el cuarto pudo haber indicios de emoción, sencillamente por la falta de ímpetu del toro, esta vez la tora. El mérito de Perera fue poner las apariencias ausentes del astado, concretamente en una secuencia de toreo al natural, además y, cosa insólita, haciéndole las cosas por abajo, por supuesto sin apretarle. Cortó solo una oreja, que en el ambiente de la tarde parecería escaso reconocimiento, pues fue faena ni mejor ni peor que las anteriormente premiadas con dos. Particularidad que lo explicaría por ser "el toro de la merienda", costumbre aquí de comer y beber durante la lidia del cuarto, cuando la gente está a lo que está y no a lo que debería. En fín.
A Roca le motivó en su primero un bonito quite de Rufo, para replicarle por saltilleras. Inicio de faena muy sanferminero, naturalmente de rodillas, para interesar a las bulliciosas peñas del "sol", que a partir de ahí estarían más pendientes del ruedo de lo que acostumbran. Toro que empujó poco, al que el peruano recetó muletazos limpios pero la mayoría sueltos, sin llegar a embraguetarse del todo. Faena poco seria, que no pasó de las simples apariencias. A pesar de lo cual, el estoconazo final y la falta de recato de la señora presidenta certificaron aquello nada menos que con dos orejas. Algo muy típico en esta plaza.
Menos ganas de embestir tuvo el soso y paradito quinto, toro informal, con el que tampoco Roca se quiso emplear a fondo, por supuesto sin llegar a nada, hasta decidirse por las cercanías donde la respuesta del burel fue igualmente escasa. Pero tuvo efecto en "el entendido" público, y funcionó una vez más "la tómbola". Otra oreja, insólito trofeo.
Pocas fuerzas sacó el tercero, al que hubo que cuidar y medir mucho con un dominio ficticio por parte de Rufo, quien para "calentar" también recurrió al inicio de rodillas con una tanda de muletazos limpios y más largos de lo que podría suponerse. Hubo ajuste y cierto relajo de Rufo en lo poco que duró el "fuenteymbro". Toreo muy templado y clásico al que, sin embargo, le faltó "la chispa" ausente del toro. Faena de poca profundidad, pero ejemplar en el contexto de la tarde y en base a las condiciones del toro. Estocada y dos orejas, de las que también sobró una. Y ya con el sexto, el más deslucido del envío, siempre a la espera y saliendo del muletazo distraído y con la cara alta, estuvo Rufo firme y decidido. Notable mérito del torero al no darse a lo fácil y florido que le hubiera supuesto nsyor reconocimiento que el silencio final.
FICHA DEL FESTEJO.- Sexto de Sanfermines. Lleno de "No hay billetes".
Toros de Fuente Ymbro, parejos y bien presentados, dóciles pero excesivamente justos de fuerzas y de escaso motor. Corrida fácil, sin exigencias, exceptuando al muy deslucido sexto.
Miguel Ángel Perera: media estocada (silencio); y estocada tendida y ladeada (oreja tras aviso).
Roca Rey: estocada (dos orejas); y estocada (oreja).
Tomás Rufo: estocada trasera y desprendida (dos orejas); y estocada perpendicular, otra casi entera caida que escupe y dos descabellos (silencio tras aviso).
No hay comentarios:
Publicar un comentario