"...No pudo ser, la espada truncó las ilusiones de Gómez del Pilar pero, las ovaciones que le tributaron certificaron que el diestro es muy respetado en Madrid, dada la grandeza de su verdad..."
Una vez más, Gómez del Pilar se quedó con la miel en los labios
Pla Ventura
Toros de Lidia/25 septiembre, 2023
En la tercera comparecencia de Gómez del Pilar en Madrid, el diestro se quedó una vez más con la miel en los labios, sin poder saborear el regusto del triunfo que, como sucedió, se quedó a milímetros del mismo por el mal uso de la tizona. Cuidado que, estamos hablando de un torero muy poderoso y, mucho más, enfrentándose a los toros encastadísimos, digamos que, frente a toros auténticos de los que huyen despavoridos la mayoría de los diestros del escalafón.
Gómez del Pilar era el tercero en discordia ayer en Madrid en la última de las llamadas corridas toristas que, a fin de cuentas fue la mejor si del comportamiento de los toros hablamos puesto que, los mismos, con los problemas que tuvo cada uno no presentaron dificultades de efecto criminal como había sucedido en las anteriores corridas. Es cierto que, tanto Serafín Marín como Rubén Pinar no tuvieron toros para el triunfo; tampoco pasaron más fatigas de las normales pero, todo quedó ahí. Y duele lo dicho porque a los hombres les hacía mucha falta el triunfo pero, el hombre propone y Dios dispone.
El más afortunado en el sorteo fue Gómez del Pilar que, el muchacho, con esa pasión arrebatadora que es su toreo, se enfrentó a dos toros con muchas posibilidades de éxito; está claro que no eran los burros de Juan Pedro pero, con toda seguridad, para Del Pilar, aquellas embestidas encastadísimas le supieron a gloria, en primer lugar por aquel toro de Victoriano del Río que, para el diestro, solo el nombre ya le merecía mucha garantía puesto que, si mal no recuerdo, el torero en cuestión no había toreado jamás un animal de los toros que pastan en Guadalix. Era de Victoriano del Río pero, podríamos atribuirle su fiereza a cualquier ganadería de las llamadas duras. Un toro durísimo con el que Gómez del Pilar anduvo con una dignidad admirable; en el peor de los casos, la emoción era una constante en toda la faena. Allí nadie se aburrió porque cuando sale un toro con casta, bravura y con esa acometividad tan grande, a ver quién es el valiente que bosteza. El diestro llevó a cabo una faena emocionante que, con toda seguridad, de haber acertado con la espada el triunfo hubiera sido importante. Otra vez la cruz con su espada.
Su segundo, el de Pedraza de Yeltes resultó ser el más bravo de la corrida. Bravo, pero de Pedraza de Yeltes; un toro para arrugar a cualquiera menos a Gómez del Pilar que, con hambre de triunfo empezó su faena de rodillas, algo con un mérito tremendo porque, amigos, aquello no era para bromas.
La faena transcurrió bajo los efluvios de una emoción indescifrable puesto que, el toro, en sus embestidas quería comerse al diestro. Son esa clase de toros que, de poderles y matarles de una estocada el triunfo es de clamor. Gómez del Pilar estuvo valentísimo por ambos pitones y, aunque el toro embestía con raza, el torero no podía quedarse a la zaga y, por ambos pitones demostró el diestro su poderío, su gallarda forma de enfrentarse al animal a sabiendas de que, el más mínimo error podía llevarle al hule. Faena vibrante donde las hubiere en la que, el único pero que podríamos ponerle es que el toro se acabó cuanto antes, lo que evidenció que la faena fue de mucho más, a mucho menos, algo que restó méritos a un torero tan valioso como Del Pilar. De todos modos, de acertar con la espada, tenía la oreja en sus manos.
No pudo ser, la espada truncó las ilusiones de Gómez del Pilar pero, las ovaciones que le tributaron certificaron que el diestro es muy respetado en Madrid, dada la grandeza de su verdad.
Fotos del admirado maestro Andrew Moore.
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