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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 14 de septiembre de 2023

Carlos Alcaraz, otra víctima de las nefastas redes sociales/ por Pla Ventura


"...¿Cómo se le puede tachar a nuestro campeón, Carlos Alcaraz, como si fuera un asesino en serie? Eso sí, los violadores son respetados por todos, incluso puestos en libertad porque son angelitos del cielo. Lo que le han dicho al pobre Alcaraz por esas redes sociales no tiene nombre..."

Carlos Alcaraz, otra víctima de las nefastas redes sociales

Pla Ventura
Toros de Lidia/14 septiembre, 2023
Las malditas redes sociales son capaces de destruirlo todo porque, como es lógico, bajo el manto del anonimato dicen las barbaridades más insospechadas para hacer todo el daño posible si cualquier persona de relevancia acude a los toros como le ha sucedido a Carlos Alcaraz, el flamante campeón de tenis, el que ha llegado a ser el número uno del mundo en su faceta pero, para tantos apestosos como existen en España, un hombre como Alcaraz, admirado por todo el planeta, en nuestro país, ha sido defenestrado porque, claro, tiene ideas asesinas como pueda ser ir a ver una corrida de toros.

Esta es la España que tenemos que, no sabemos ni respetar a nuestros campeones, a los que difunden España por todo el globo terráqueo y con Luis Rubiales hemos tenido un ejemplo muy válido y, el día que se difunda por completo que Luis de la Fuente, nuestro seleccionador de fútbol nacional es amante de los toros y amigo personal de Emilio de Justo, en ese momento las ratas de alcantarilla que pululan en las redes pedirán su cabeza de inmediato.

Es lo que tenemos, no queda otra. Si desde los altos estamentos de la nación se promulga el odio al más alto nivel, ya podemos darnos una idea de cómo puede funcionar todo. ¿Qué lección nos están dando? La dicha, que el odio sea la bandera de los jóvenes y, para desdicha nuestra, de gran parte de la sociedad española, de forma muy concreta de esa manada de borregos que no saben de nada, pero que son capaces de ejercer la maldad al más alto nivel.

Por supuesto que soy de los pocos españoles que no participo en esas cloacas llamadas redes sociales pero, no falta quién me lo cuenta para que sufra el más grande desánimo. ¿Cómo se le puede tachar a nuestro campeón, Carlos Alcaraz, como si fuera un asesino en serie? Eso sí, los violadores son respetados por todos, incluso puestos en libertad porque son angelitos del cielo. Lo que le han dicho al pobre Alcaraz por esas redes sociales no tiene nombre; es más, cara a cara no habría cojones por parte de nadie para decírselo pero, aquello de la cobardía es el refugio de miles de hijos de puta para ejercer la maldad que desde el gobierno les enseñan a diario.

Vivimos en plena vorágine de la locura, no respetamos nada, lo que viene a certificar que, como sociedad, vamos directamente al precipicio. 

Recordemos que, un chaval con apenas veinte años que ha ostentado ya el número uno del mundo como tenista, un caso único en la historia de tan bello deporte y, porque ha ido a los toros en su tierra, incluso algunos mal nacidos que ostentan el poder, por ese “crimen” cometido, le tildan de asesino.

Cuidado que, estamos hablando de un fuera de serie que debería ser la admiración de todos los españoles, derecha e izquierda, nada importa cuando se trata de defender una causa tan hermosa como la suya. Pues ocurre todo lo contrario. Al campeón se le ocurre ir a los toros y, dicha acción ha sido calificado como algo indigno, criminal e indeseable; eso sí, si se dedicara a violar jovencitas por su pueblo seguro que recibiría los plácemes de todos y, caso de que la justicia le aplicara la ley por violador, ya se encargaría Irene Montero de dejarle en libertad.

Este país es el que tenemos y, nos queda resignarnos ante tan malévola desdicha pero, insisto, actuando de este modo, ¿cree alguien que tenemos futuro como sociedad? Es imposible. Estamos abocados a la hecatombe porque, en el momento actual, todo lo que hace diez minutos era punible de delito, incluso de cárcel con cadena perpetua, ahora son bromas que se gastan unos a otros los políticos. Recordémosles a los apestosos que nos gobiernan que, un político como Alfonso Guerra, en su momento vicepresidente del gobierno de España, cogía un avión desde Madrid, pagándoselo de su bolsillo, y se iba para Sevilla para ver a Curro Romero. ¿Le criticó alguien? Nadie en el mundo porque se daba por sentado que, si a Guerra le gustaban los toros, Felipe González al que no le gustaban, pero sí era capaz de respetar a su compañero de viaje. Vamos, igualito que ahora.

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