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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 14 de septiembre de 2023

El poco juego del ganado deslució el sexto festejo del abono albacetense / por Paco Delgado


--Cuatro toros de Núñez del Cuvillo y dos, cuarto y quinto, de Luis Algarra. Desiguales de presencia los titulares, más cuajados los de Algarra. Conjunto deslucido y de muy poco juego.

-Diego Urdiales (de sangre de toro y azabache), ovación tras aviso y silencio.
-Manzanares (de azul noche y oro), ovación y ovación.
-Alejandro Talavante (de tabaco y oro), silencio y silencio.

El poco juego del ganado deslució el sexto festejo del abono albacetense.

Paco Delgado
AvanceTaurino/Fotos: Alberto Núñez Aroca
Fue llegar las figuras y el apacible discurrir de la feria, en cuanto a corrales, sorteos y reconocimientos, se fue por los aires y comenzó el trasiego de toros, rompiéndose el lote previsto de Núñez del Cuvillo, que fue recompuesto con cuatro ejemplares de Luis Algarra, dos de los cuales se dejaron como sobreros. De muy desigual presencia los titulares, con dos ejemplares de menos entidad que muchos de los novillos lidiados en esta misma feria, justos de fuerza y nobles;

Muchos fueron los espectadores que se perdieron los lances de recibo de Urdiales -que entró sustituyendo a Morante- por esa manía ¿elegante? de llegar, o pretender llegar, a su localidad a la hora en punto del comienzo de la función, molestando, además, a los puntuales y previsores.
Muy poca fuerza -y muy cómoda cabeza- tuvo ese albahío que abrió plaza, con el que Urdiales, cuidandole mucho pudo, finalmente, lucir al torear en redondo y dibujar algún natural de trazo largo y limpio.
El cuarto fue a su aire de salida, siendo el piquero que hacía puerta quien le acabó picando. Brindó Urdiales al público, creyendo tener material propicio para brillar pero el de Algarra no estuvo muy por la labor, quedándose corto y a la espera, haciendo inútiles los esfuerzos de su matador.

Se protestó de salida al segundo, por su poca presencia y menos cara. Pero luego embistió con prontitud y buen son, dejando a Manzanares torear con su habitual plasticidad aunque casi siempre al tercer muletazo hubo enganchón o achuchón y sin asumir mucho compromiso en una faena breve y que supo a poco.
El quinto fue el más serio de la tarde y con él se estiró a la verónica Manzanares. Tardo y de poca entrega, fue sobándole el alicantino, buscando encelar, pero tuvo que lidiar también con el muy molesto viento que se levantó. Muchos frentes y pocas posibilidades.

Los afarolados de Talavante a su primero acallaron los pitos contra la presentación del tercero, que, además, derribó al caballo en el primer envite. Comenzó el extremeño muy dispuesto pero su oponente enseguida se puso a la defensiva y ahí acabó todo. A por la espada y a otra cosa.
El sexto salió por los suelos tras su encuentro con el peto. Comenzó Talavante muy optimista y artista su muleteo pero las frecuenets caídas del animal hiceron imposible el lucimento y encresparon los ánimos del respetable.
Definitivamente, no hubo confluencia de las estrellas con el medio para que la tarde (era el día 13, ojo) se fuese arriba.



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