Seis mil espectadores. A la mayoría intimidada le costaba expresar aprobaciones. Tan solo asomar el primero comenzaron las protestas y la guasa que marcaron el tono de la corrida. Los toros les dieron la razón. Trastabillaban, claudicaban, se defendían buscaban los adentros, soseaban, iban y venían con una tontería irritante. Y para completar, la intransigencia del nada vale.
Si se trataba de ligar, exigían recolocarse al pitón contrario, si no se ligaba peor. El aplauso era zaherido y la mayoritaria petición de la oreja para la quinta faena, que puso a Lorenzo por encima del toro, rematada con estocada letal en lo alto, mostró como la marea había subido hasta el palco, ahogándolo. Y eso que presidía don Eutimio Carrecedo Pastor cuya célebre generosidad pañuelera lo había convertido en objetivo militar de la radicalidad desde comienzos del pasado San Isidro.
Pero bueno, al fin y al cabo, las corridas no pueden ser de seis clones perfectos y seis faenas sublimes. Las corridas son como salen, como tal se torean y así deberían valorarse. Lidiar con las dificultades, superarlas con honradez, idoneidad y expresión personal. Las culpas del toro son del toro y las del torero del torero. Invertir la ecuación la invalida.
Con todo, acaecieron episodios notables. El tercer par al segundo bis, que no abandonaba las tablas, colocado al sesgo, dando las ventajas y asomado por Vicente Herrera fue uno los momentos unánimes y cumbres en la tarde, junto con dos largos y templados capotazos de José Chacón en el segundo tercio al cuarto.
Ruiz Muñoz, el sobrino Nieto de Curro (obliga repetirlo), correcto y estético en la brega con el esmirriado y execrado primero al cual mató de pinchazo y estocada pasada le negaron el pan y la sal. No digo nada de como ignoraron su pisa y corre con el pegajoso sexto, técnica que en otros llaman “pureza”, pues se supone que la lidia es para corregir también ese problema.
Los otros dos espadas, que pagaron con sangre durante la feria su inclusión en este cartel, tiraron de actitud. Garrido tuvo en “Arquero” (Lagunajanda) que corrido turno salió segundo bis, el de más enjundia y le sumó la suya para sensibilizar a los sensibles, con cuatro tandas derechas de apego y ligazón, una de zurda inconexa, subrayadas con una estocada desprendida, saludó a todos, incluso a los que no querían saludarlo. Porfió con el zambombo y punteante cuarto lo estoqueó mal y lo descabelló bien.
Álvaro Lorenzo ha debido llevarse la oreja de “Trágico” el imponente (620 kilos), pero flojo quinto, al cual mantuvo en pie a base de temple y se prodigó hasta el aviso, matándolo lealmente de una estocada arriba sin puntilla. Más ya dijimos como estaba de alta la marea. La vuelta fue merecida, digan lo que digan y quizá la bronca para usía también.
En fin, vivimos en la sociedad del espectáculo, vemos las cosas como nos imaginamos que son y no como son. Eso en las corridas de toros se nota más. Incluso en Las Ventas.
FICHA DEL FESTEJO
Madrid. Domingo 2 de julio de 2023. Plaza de Las Ventas. Corrida de la Juventud. Un cautro de entrada.
Tres toros de El Vellosino (1º, 2º, 3º), dos de Lagunajanda (4º, 6º), uno (5º) de Martín Lorca y un reserva de Las Ramblas (2º bis que corrió turno con el cuarto), desiguales, blandos defensivos y desrazados.
Ruiz Muñoz, silencio y silencio
José Garrido, saludo y palmas
Álvaro Lorenzo, silencio y vuelta tras aviso y petición con bronca al palco.
Incidencias: Saluda Vicente Herrera tras un par al 2º bis.
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