“¿Incompatibles, Vox y el Partido Popular?”, se pregunta nuestro colaborador y amigo. Y responde: “No, complementarios y, por tanto, necesarios para la evolución y progreso de nuestro país”. Complementarios y necesarios —añadimos por nuestra parte— hasta que, cuando se haya conseguido el objetivo común de liquidar a Sánchez, uno de los dos,, PP o Vox (y no hace falta precisar cuál deseamos que asuma tal función), le pegue al otro el estoconazo final.
La necesidad de las competencias
Costillares
El Manifiesto/ 11 de julio de 2023
En todas las esferas de la vida, desde las ciencias y las artes hasta la política, allá donde el hombre pone al servicio de una obra cualquiera su inteligencia, su celo o su valor, nace inmediatamente la competencia como necesidad imperiosa de la naturaleza misma.
La búsqueda de cualquier ideal que el hombre persigue conlleva notas características, notas personales a cada individuo. En definitiva, temperamento. De aquí, por tanto, los puntos de vistas diversos e ideas distintas, las luchas de temperamentos diferentes que se amoldan a las aptitudes, gustos y a la naturaleza de los públicos, a las competencias.
En las artes, las competencias han existido siempre, dando lugar a la creación de “escuelas” que han preconizado principios dados para llegar al ideal ansiado. Estos principios se han visto siempre contrarrestados por otros de carácter antagónico, de donde se ha seguido la creación de polos opuestos pero, no lo olvidemos, necesarios y complementarios.
En el toreo, son dos las escuelas que en se puede dividir su historia hasta tiempos recientes:
Ronda y Sevilla. La primera, caracterizada por vencer al toro por medio de la inteligencia y la sangre fría; equilibrio entre ésta y el valor; poco o nada amiga de todo aquello que pudiera divertir al público.
La escuela sevillana, aquella que burla al toro por medio de la astucia y que sacrifica la seriedad en aras de la alegría. En este caso el público solo ve y se deleita con ello; en el primer caso, hace falta comprender.
¿Qué es la escuela rondeña? El toreo serio, fino y elegante.
¿Y la escuela sevillana? El toreo alegre y movido. Ronda y Sevilla, Vox y Partido Popular, trabajo y seriedad unos, deleite y propaganda otros.
¿Incompatibles? No, complementarios y, por tanto, necesarios para la evolución y progreso de nuestro país.
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