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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 21 de julio de 2023

Que le vote Negreira también / por Jesús Bengoechea

  

"...LA SENSACIÓN ES QUE AL ASPIRANTE A PRESIDENTE DE LA NACIÓN NO LE PARECE BIEN QUE EL BARÇA COMPRARA LA COMPETICIÓN DURANTE AL MENOS DOS DÉCADAS, PERO TAMPOCO LE PARECE TAN MAL COMO PARA QUE TENGA QUE PAGAR POR ELLO, NO NOS VAMOS A PONER ASÍ..."
Que le vote Negreira también 
Jesús Bengoechea
La Galerna/20 julio, 2023
Hace pocos días publiqué en La Galerna un texto titulado “Que le vote Negreira” en alusión a unas declaraciones de Pedro Sanchez al diario Marca. En ellas, Sánchez dejaba el BarçaGate (con la compra del estamento arbitral durante un mínimo de 17 años mediante el pago de más de 7 millones a su vicepresidente) en manos de la justicia, desestimando opinar sobre ello salvo para decir que era “un borrón” en el fútbol español, de los que el mejor escribano echa. Agregaba además su confianza en el estamento arbitral, pese a haber estado este manejado por dicho vicepresidente (Negreira) y estar ahora al mando del mismo sus discípulos directos.
El texto era duro y, como era esperable, no gustó a todo el mundo. Lo más criticado por los galernautas de izquierda fue el título, que casi me vino dado por la popularidad cosechada por otro parecido y acuñado por las derechas. Ya aclaré en redes sociales que parafrasear un slogan no supone bendecir el original, que me parece de muy mal gusto y ha sido denostado por quien debería bastar para erradicar su uso, y confío en que el aplicarle ahora el mismo título, la misma medicina, a Feijóo sirva para descartar mi aplauso al lema original.
Alberto Núñez Feijóo ha sido ahora el encargado de responder a la prensa preguntas (o, mejor dicho, pregunta, en singular, dado que el hábito saludable de la repregunta parece estar en desuso incluso en entrevistadores avezados) sobre lo de Negreira. Feijóo ha estado peor aún que Sánchez. ¿Peor? ¿Es eso posible?                                                      
Lo es. Veamos.
Sabe que hace unos meses la cadena SER destapó que durante años el Barça pagó al exvicepresidente de los árbitros, Enríquez Negreira, por unos supuestos informes que han puesto en jaque al club. ¿Qué opinión le merece?
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-Desde luego, desde el punto de vista reputacional ha sido muy negativo para el Barça y la Liga española. Es difícil de explicar ese tipo de prácticas, es un mal antecedente porque se han sembrado muchas dudas y el Barça ha sufrido una erosión muy dura, al igual que el colectivo arbitral, pero aún así me alegro de que el club no haya sido excluido de las competiciones europeas.
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Lo es porque no hay nada peor que la decepción. El arranque es bueno, si bien tibio, y luego se ve todo al garete estrepitosamente. Tibio, sí. ¿Qué clase de eufemismo es hablar de prácticas "difíciles de explicar" para hablar de sobornos, que se justifican muy mal ética y legalmente pero explicarse, lo que se dice explicarse, se explican divinamente? Con todo, leyendo entre líneas, el lector bienintencionado puede atisbar un ligero disgusto ante esas "prácticas" y la "erosión" que han supuesto "en términos reputacionales". Lo malo es que pronto quedará meridiano que lo que a Feijóo le preocupa es exclusivamente eso, es decir, la reputación del Barça y de los árbitros, sin que el lucro deportivo cesante de los rivales del Barça en ese proceso de amaño institucional parezca preocuparle demasiado. Es, si se me permite, como esos curas mucho más consternados ante el daño de imagen que los casos de pederastia han dado a la Iglesia que ante la herida emocional que acompañará a esos niños para siempre. Los temas no tienen nada que ver, pero el proceso mental es el mismo.                                                                                                     
¿Pruebas? La siguiente frase: "Aún así me alegro de que el club no haya sido excluido de las competiciones europeas". ¿Cómo puede alguien condenar unos hechos y al mismo tiempo celebrar que el culpable de los mismos se salga con la suya sin sufrir la menor sanción? La única respuesta es la ya ensayada, es decir, que Feijóo pertenece (al menos en este asunto que, ay, podría ser signo de su actitud en otros) a la especie de personas preocupadas por el ruido en mucha mayor medida que por los atentados contra la honradez, de suerte que la impunidad debe ser saludada con un "menos mal" en lugar de lamentada, como correspondería hacer a un hombre que ama la decencia al precio que sea, como haría en definitiva alguien que honra el concepto de justicia por encima de componendas y cobardes "pelillos a la mar". La sensación es que al aspirante a Presidente de la nación no le parece bien que el Barça comprara la competición durante al menos dos décadas, pero tampoco le parece tan mal como para que tenga que pagar por ello, no nos vamos a poner así.

¿Y por qué no puede Feijóo desear (al menos, públicamente) que la entidad catalana pague por sus culpas? Obviamente, por la potencial pérdida del voto transversal del culé de centro-derecha. En sus motivaciones, Feijóo tampoco es por tanto muy superior a Sánchez, sobre quien en el otro artículo sugerí que no quería soliviantar a sus socios de gobierno catalanes. No es mucho más presentable abstenerse de hacer lo que es correcto por miedo a lo que piensen votantes potenciales que por miedo a lo que les parezca a tus socios parlamentarios. Si acaso, es más calculador desde lo remoto de la hipótesis.                                     
Fred Gwynne lo sintetizó todo perfectamente en el chat de La Galerna, como hice también constar en Twitter:
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"En España no hay ningún político que crea que la recuperación del prestigio del fútbol español pase por que se haga justicia".

Feijóo ha dejado claro que pertenece, en ese sentido, a la misma raza que Sánchez.
Que le vote, pues, Negreira también.
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