El novillero toledano Jorge Molina pudo clasificarse para la final de este certamen el próximo jueves día 3, aunque su actuación no fuese completa. Será la conclusión del ciclo de novilladas venteñas de esta temporada veraniega, entre calor, soportable esta noche, y crepúsculo. A Molina, le acompañarán el chiclanero Christian Parejo, afincado en Béziers, y el conquense Alejandro Peñaranda que enfrentarán un lote de Fermín Bohórquez. Un cartel novilleril que tiene ya un cierto atractivo.
Los novillos de esta noche de Monte La Ermita (Domecq por Torrestrella y Jandilla) tuvieron que ser remendados, como casi siempre en este coso esta temporada, con otros dos de El Cotillo (Domecq vía Jandilla, nuevamente) que la empresa hizo venir desde el campo jienense.
Dos de los novillos madrileños de Monte La Ermita fueron ovacionados en el arrastre; el bravo y encastado 2º de nombre Teatrero y el noble enclasado 4º de nombre Mesonero que permitió a Molina lucirse. Los 2 astados de El Cotillo salieron mal y se fueron rumbo al desolladero entre pitos para el blando e inválido abreplaza y leves pitos para el manso y descastado 5º.
Jorge Molina se clasificó por lo tanto con el señalado 4º, un noble ejemplar al que propuso una faena de menos a más con unas series finales verticales, destacando un par de naturales que embarcaron bien al novillo. Le faltó un toque de emoción y más profundidad para convencer definitivamente. Buen final por manoletinas con un cambio seguido por bernadinas, que una serie de pinchazos y una entera caída emborronaron, impidiéndole obtener el anhelado trofeo de una oreja que le estaba cantado, saludando al tercio tras aviso. Alargó su trasteo con el flojo y blando ejemplar de El Cotillo que abría plaza (silencio).
El murciano José María Trigueros se presentó espectacularmente en Las Ventas con un excelente recibo de capote al encastado 2º al que le recetó tres verónicas, dos chicuelinas ajustadas, una media verónica rodilla en tierra, levantándose para concluir con una larga afarolada de rodillas. El bravo novillo derribó al caballo en el primer contacto y recibió otros dos puyazos. Bajaron de tono tanto el novillo como el novillero con su muleta perfilada. Su amago de vuelta tras una entera contraria atravesada fue reducida a un saludo al tercio tras aviso. Poco más con el manso y deslucido 5º al que hizo una larga y sosa faena (aviso).
El jienense Marcos Linares no tuvo suerte con el peor lote que fueron los dos malos de Monte La Ermita. Estuvo desconfiado con el 3º y con altibajos con lo poco que permitía el intermitente noblote cierraplaza.
Concluyó con cierta frialdad este festejo nocturno que tuvo su interés. Como en economía existe la segmentación de mercados para influir al consumidor en su comportamiento de compra, esta noche hubo como una segmentación de lidias que, adicionadas las más conclusas, permitieron al aficionado obtener por segmentos la que hubiera sido la lidia más idónea de esta novillada: destacaríamos así el recibo al capote de Trigueros al 2º, la brega de Gómez Escorial al manso y querencioso 5º, la bravura del encastado 2º al caballo de Miguel Novoa, la faena de Molina al 4º, pero ninguna espada en lo que fue el gran fallo de los tres novilleros esta noche, triunfador incluido que además fracasó en la muerte a Mesonero. Eso fue en resumen lo mejor de este festejo nocturno, segmentado entre calor soportable y crepúsculo.
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